miércoles, 20 de noviembre de 2013

Un día de clase normal no tan normal.

El pasado Jueves 14 de Noviembre experimenté la sensación de ir vestida de mexicana al instituto. En mi opinión mi experiencia no empezó ese Jueves 14 si no cerca de un mes antes, en el salón de actos del instituto, donde mi fantástico profesor de filosofía nos comentaba la actividad. Después de que el profesor de filosofía nos comunicara el por qué de la actividad  preguntó quien tendría el valor de venir a clase disfrazado, yo levante mi mano sin pensármelo dos veces.
Soy una persona que odia la rutina y siempre pido un poco de acción en mi vida pero siempre que lo hago algo sale mal, en este caso si algo saldría mal sería parte del trabajo y de la experiencia Minutos después empece a pensar en todo lo que suponía venir disfrazada al instituto, que te miraran de arriba a bajo, que se rieran de ti, ya que en esta sociedad le damos demasiada importancia a la opinión que tienen los demás sobre nosotros mismo, pero la actividad consistía en superar eso, entonces no me arrepentí de haber levantado la mano, ya que si yo soy feliz siendo como soy y vistiendo como yo quiero cualquier comentario ajeno no me tiene que afectar, pero eso no es fácil por eso decidí participar en la actividad, participar en ella no quería decir que dejara de ser difícil pero estaba segura que iba a ayudar a que lo fuera menos.
Después de esta pequeña experiencia llegaba otra, la experiencia de saber que día te tocaba venir junto con la de pensar en que disfraz te ibas a poner.
La experiencia de saber que día ibas a superar todo eso mencionado antes duró solo un par de minutos: ¿Seré la primera? ¿La última? No quería ser ninguna de las dos, ser la primera sería más complicado ya que nadie se espera un lunes que aparezcas disfrazada por el instituto. Al final ni primera ni última, en medio, el 14 de Noviembre, al ver que ese día caía en jueves me disguste un poco porque ese día no tocaba filosofía y me hubiese encantado experimentar en la clase de donde procedía la actividad.
La experiencia de que disfraz me iba a poner fue mucho más larga, para ser exacta termino la noche antes del 14. Yo tenia una idea desde el primer día que mi fantástico profesor de filosofía comento la actividad, tenia un disfraz bien guardado en casa, esperando el mejor momento para ser usado, estaba claro que este era el momento, pero por razones inexplicables un par de días antes cuando me dispuse a sacar el disfraz a la luz, este había desaparecido misteriosamente de mi casa. Desde ese día bolsas y bolsas de disfraces llenaron mi cuarto con la intención de que Paula encontrara un disfraz que cumplieran una serie de características.
 El 13 de Noviembre por la noche seguía buscando disfraz con los apuntes de economía en la mano, porque no solo tenia que disfrazarme el 14 si no que también tenia un maravilloso examen. Entonces a última hora (no me preguntéis como) mi madre adorada encontró una maravillosa capa gigante de mexicano y acto seguido en menos de 5 minutos con una capa de mexicano una falda blanca y unas botas...Paula tenía disfraz para la mañana siguiente.
La mañana siguiente me levante un poco antes de lo normal debido a los nervios, cuando ya tenia mi falda mi poncho mexicano y mis dos trenzas puestas mi madre se encargo de ser mi fotógrafa personal en el tiempo de casa y acto seguido mandar las fotos a la familia por Whatsapp con la frase ''Así va mi hija hoy al colegio''.
Llegaba el momento de salir de mi casa y ir para el coche, tuve la suerte de tener a un grupo de pintores esperándome en el portal, como es normal me miraron con cara de esta niña tiene que tener un problema o una actuación en el colegio y efectivamente, la actuación la tenia.
Mi padre me acercó en coche a casa de Inma, que fue la primera en echarse unas risas al verme vestida de mexicana esperándola en la puerta. Minutos antes en el coche me imaginaba las risas de Inma, lo que no me esperaba era el percance que tuve vestida de mexicana con el retrovisor del coche de mi padre...
Yo baje lo más rápido que pude del coche ya que sabía que una fila de coches esperaba detrás, en ese momento mi padre me pide que ponga bien el retrovisor ya que estaba hacia dentro, al estar las ventanas bajadas mi sordera aumentaba entonces yo escuchaba a mi padre pedirme que pusiera el retrovisor hacia dentro (cuando ya lo estaba) ya me podéis imaginar vestida de mexicana teniendo una guerra con el retrovisor del coche con un montón de coches más esperando detrás.
El momento que más temía ese día era el camino de la plaza de toros por la calle Pagador hasta la puerta del colegio ya que el camino siempre esta lleno de los peques de primero y segundo de ESO, para mi sorpresa el momento en el que yo tenia que desfilar por la calle Pagador vestida de mexicana lo hice solo con Inma y sin niños pequeños.
El momento de llegar al colegio ya me  imaginaba los típicos comentarios de mi compis de ''que mona estas'' o ''que graciosa'' pero ni mona ni graciosa ME ESTABA MURIENDO DE VERGUENZA.
Hice muy buen examen de economía, si verdaderamente termina siendo así me plantearé ir de mexicana a los exámenes más de una vez.
A lo largo de la mañana hice el intento de cantar y bailar mexicano, me apodaron como ''guadalupita'' y recibí comentarios de mis profesores, aquí hago referencia al que más me impacto: ¿Vienes disfrazada o no?
No sabia como tomarme esta pregunta, después de cuestionarme varias deje de darle importancia ya que yo estaba satisfecha con mi disfraz y mi trabajo, si hago esto para que miradas, risas y cotilleos no me influyan, mi trabajo también me ayudaría a que tampoco lo hiciera esa pregunta.
Cuando a las 15:00 sonó el timbre para ir a casa experimente una sensación totalmente diferente a la sensación que tuve al salir de ella para ir al colegio. La sensación me pedía a gritos que me quedará más tiempo en el colegió o que volviera a repetirla pronto. Salí por la puerta del insti con un poco de pena, la gente seguía mirándome, pero yo ya me había acostumbrado a esas miradas. Ya había salido del instituto pero la experiencia no terminaba ahí, me quedaba un largo camino a casa, camino que disfruté mientras esta mexicana llamaba la atención de los coches esperando que el semáforo se pusiera en verde, en esa espera me dí cuenta de que el trabajo había dado resultado ya que la sensación a las 15:15 de esos coches mirándome no era la misma sensación que tenía a las 08:15 cuando me miraban los coches que esperaban a que mi torpeza y yo nos pusiéramos de acuerdo con mi padre y el retrovisor.
Cuando llegue a la puerta de mi casa salude a los pintores y dije contenta y con mucho gusto :
''experiencia terminada''

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