martes, 3 de junio de 2014

''Paulita enfurecida''

A estas alturas creo que no hace falta indicar que esta entrada relata una experiencia, y que esta fue propuesta por el profesor de filosofía, seguramente también sabréis en que consiste así que no perdamos tiempo que hay mucho que estudiar!!
Siendo sincera, no he podido disfrutar mucho esta experiencia, ni tampoco he podido sacarle mucho partido, puesto que el verano está a la vuelta de la esquina, lo que supone semanas repletas de exámenes, trabajos, tareas, agobios y mucho estrés. Tener que pasarme la tarde entera sentada delante de libros y apuntes no me ha permitido concentrarme bien en la experiencia, puesto que la idea de ser ''otra yo'' se me iba de la mente. La parte buena de estar agobiada es que influyó positivamente a cambiar de actitud con quienes se han convertido en mi familia durante 6 horas diarias cada mañana, es decir, mis compañeros de clase.
Decidí dejar de ser la ''Paulita'' risueña y alegre que aguanta todo tipo de bromas, con bromas me refiero a ser pintada con rayones de colores, a limpiar el suelo del instituto como cual fregona y a ser encerrada en los armarios. No todos los días se puede ser risueña, alegre y aguantar todo tipo de bromas, puesto que días tontos los tienen cualquiera, pero durante mi larga mañana decidí basarme en darles la vuelta a esas tres características, las cuales me atribuyen las personas que mejor me conocen.
Al llegar a casa de inma para emprender camino hacia el instituto, ella me contaba muy entretenida su fin de semana, yo intentaba contestarle sin mucho interes, tampoco quería gritarle que no me importaba puesto que ella solo llevaba media hora despierta y la única experiencia que obtendría hubiera sido su mano en mi cara.
Minutos después, en la puerta del instituto se encontraba mi gran objetivo esa mañana, Ale Aguirre. Mi gran objetivo se centraba en este individuo puesto que me es imposible ser borde y mala persona con el sin que parezca una broma. Este individuo esa mañana tenía la responsabilidad de devolverme 30 centimos, cosa que se le olvidó como era de esperar, por lo que gracias a su incidente pude continuar mi experiencia.
Mientras Ale se limitaba a decirme que de mañana no pasaba con una sonrisa en la cara, yo me limitaba a responderle gritando que ya no le iba a prestar más nada, segundos después de mi respuesta, podía notar como la cara de Ale iba cambiando negativamente, pues no se esperaba dicha respuesta.
Con respecto a las caras, sin duda fue de las mejores partes de mi experiencia, era increible como con solo un gesto mi mal humor de esa mañana recibía respuesta, esta por un lado era satisfactoria pues ese era mi objetivo de la mañana, que se sorprendieran al no estar acostumbrados al escuchar palabras que no son propias de mi y por consiguiente preocuparse por el motivo de mi mal humor unos segundos, sin embargo, por el otro lado, esas caras no despertaban en la  ''Paulita'' risueña y alegre buenas sensaciones, es más, más de una vez, tras expresar mi mal humor, mi ''yo'' se vio obligado a dar un abrazo u otra muestra de cariño.
Mi mal humor duró hasta finalizado el primer recreo puesto que mis queridisimos amigos Aguirre y Pomares casi me bañan en la fuente del patio con la escusa de que un baño quitaría mi mal humor. Esa media mañana me fue suficiente para darme cuenta de que soy muy feliz siendo quien soy, también, gracias a ese mal humor de media mañana sé quien me conoce y quien me conoce sabe que ese mal humor no esta dentro de mi día a día, cosa que me llena enormemente. Al principio de esta actividad, solo me limitaba a obtener mi experiencia, lo sorprendente es que al obtener la experiencia de los demás con respecto a el cambio de mi personalidad, me ha ayudado a enriquecer la mía y que por lo tanto aunque solo durara media mañana, sea realmente positiva.
Al llegar a casa tenía ganas de seguir experimentando por lo que mejoré mi actitud con mis padres, quienes se tragan mis ratos pequeños de mal humor, ese que no muestro en el instituto. Los estudios no me permitieron experimentar esto a fondo por lo que queda pendiente experimentarlo todos los días, ya que ellos son los que menos se merecen esos pequeños ratitos de mal humor.
Aquí finaliza mi tercera y última experiencia y no por eso la menos importante, ya que lo mejor siempre se deja para el final.

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